sábado, 16 de abril de 2011

Vieja, traé el Raid


Diría mi viejo limpiando el patio de atrás (todos tenemos un patio de atrás, que es donde la familia tira todo lo que no tiene un lugar específico); “Lo que va a ser esto en verano, con el calor y la humedad…”

Mis queridos lectores, este año se nos viene lleno de cambios… y Frikilogía, al parecer, está tomando mucho danonino, porque sigue creciendo sin parar ni un poco. Y muy a nuestro pesar, porque tenemos miles de cosas en consideración, también seguimos abarcando un pedazo de esa parte visual y anímica que son las series animadas. Es mi turno de comenzar a hablar de una clase particular de series de los noventa, una clase de series que no pueden escapar a los ojos de nadie que tenga número de serie de los ochenta; las series de bichejos, mutantes (en el original sentido de mutación y no a lo X-Men), y otros crepitares de diferentes vuelos, temperaturas y sonidos.

Si, señoras y señores, si. Todos aquellos que quemamos buena parte de nuestras retinas mirando el Big Channel, o inclusive Telefé, o inclusive las repeticiones baratas de ATC (creo que era)… todos tuvimos nuestra etapa virtual y zarpada de los noventa. Y toco una nota bastante olvidada en esa época, una nota llena de desperdicios, mugre y cosas relativamente desagradables.

Ábrase el telón, aquí están, estos son…

Plagas sin Fertilizante

Creo que la mayor pregunta que puede surgir a la hora de ponerse el traje del fumigador es… POR QUÉ? Porqué habiendo tantas cosas habidas y por haber justamente los padres de la industria gráfica y / o de merchandising deciden atraernos hacia lo que podría sonar tan desagradable?

La respuesta no es sencilla, pero tampoco es tonta. Es muy simple; los chicos tienen fascinación por los insectos, lo sucio, lo malo. No pretendo darme vuelos de psicólogo (por Dios, no!) ni pedagogo, pero no escapa a los ojos de nadie que a todos los chicos pequeños nos fascina el hecho de ver una pequeña forma de vida, tan diferente y desagradable a lo que estamos acostumbrados a ver. Tampoco escapa el hecho de que revolcarse en el barro, resfriarse con la lluvia o cualquier otra cosa que pueda conllevar una pequeña rebelión que te hace sentir vivo (y feliz) es atrayente, inclusive inquietante. Obvio que cuando uno es pequeño no se para a reflexionar; de hecho, el día que un chico se pare a reflexionar ALGO terminaría siendo un mundo demasiado aburrido. El chico promedio no piensa; actúa y vive, auténticamente, como cualquier ser humano lo hace, solamente que medido por lo que el mundo le dice.

El mundo le dice “lávate las manos antes de comer” y el chico hace. El mundo le dice “coleccioná figuritas”, y el chico hace. El mundo le dice “no saltes en los charcos de lluvia…” y el chico intenta hacer. Siempre es feo que te prohíban comer golosinas antes de cenar o boludeces por el estilo. Porqué? Porque es coartar la seguridad y la felicidad tuya, de vos como chico y del placer que te da esa golosina (y el más secreto placer de la conciencia de estar haciendo algo prohibido), arrancarte lo auténtico que tenés como chico.

Por eso, creo yo, este reguero de series relativamente bizarras y seguramente poco bromatológicas; la industria ve, analiza y te sirve en un plato esterilizado toda esa cosa asquerosa que tanto te gusta como chico. Desde la seguridad del televisor el pibe puede hartarse de cualquier cuestión, viviendo en el papel de sus personajes favoritos aventuras que jamás podría hacer en carne propia. Y desde la fantasía, las cosas quedan en la fantasía propia del adulto, sin saber que el niño mismo tiene la fantasía más tangible de todas.

En fin…

Yendo a lo que nos compete, hay varias series creadas desde el vamos para impresionar, para chicos con ganas de pelearse a mocazos o tortas de barro, o simplemente para chicos a los que les gusta esa clase de estética. Estas son, a mi juicio, las más destacables:

Creepy Crawlers

Esta retorcida serie que pasaba de tanto en tanto por algún canal de aire nos dio a más de uno de nosotros, un momento de felicidad y recuerdo. Sobre todo por el hecho de que te ponía en los pies de un niño “normal” (como todos somos de chico, no?) que no solamente tenía su propia pandilla de amigotes mutantes, sino que también resultaba ser su humilde creador.

Como gran parte de las series de los 90, los Creepy Crawlers era un dibujo basado en merchandising para juguetes, pero irónica(o sarcástica)mente el juguete tenía más años que la mierda. Verán, no se si alguno de ustedes recuerda el juguete en sí, el Creepy Crawler Maker o como mierda se llamara, que era la caja en la que uno ponía el liquidillo que te traían, calentabas el molde y sacabas el juguete pseudo-gomoso del bicho que habías elegido, llenándote de la misma ilusión que tiene cualquier persona al crear cualquier cosa (desde un cocinero creado un pedazo de pan hasta un carpintero haciendo una mesa), y obviamente reportándote una satisfacción similar.

En sí, la serie, producida por Saban (quien no recuerde este estudio morirá bajo mi mano) narraba una historia sin demasiado sentido, peor en esa época nos atraía cualquier cosa que brillara, estuviera en la tele y tuviera un buen opening. La serie te cuenta la historia del pendejo protagonista, que laburaba en una tienda de magia e ilusionismo del archiconocido Profesor Googengrim, un hijo de puta fracasado. La cuestión es que el chabón diseña y crea una Caja Mágica, y gracias a una alineación planetaria única en millones de años la caja se vuelve violenta y le da vida a unos cuantos amigotes mutantes. El chiste es que como estos los había creado el pibe, los mutantoides terminan siendo buenudos y amigables. Pero, obviamente, como los malos están a la orden del día, el patrón del pibe ve la caja y de lo que es capaz y se la chorea, creando secuaces para dominar el mundo.

De acá se desprenden un par de cosas relativamente particulares, si nos ponemos a pensar:

-Que solamente se necesita una caja mágica para que alguien quiera conquistar el mundo

-Que solamente se necesita buena voluntad y genuina inspiración para crear “monstruos buenos”

-Que obviamente la magia tiene algo que ver con mutantes, insectos, esqueletos y demáses

Lo cual nos da a pensar en qué habría usado el pibe en esa puta caja. Pero bueno, probablemente nunca lo sepamos. Un par de detalles que probablemente algunos recordarán es que los bichejos buenos tenían que dormir boca abajo en el armario del pibe para “recargarse” (tenían un reloj de arena en el estómago, o algo similar. Probablemente termitas. Si si, termitas >_>).

Les dejo un pedacito de la intro para que recuerden, y si no recuerdan, bueno, mírenla como algo didáctico:

Toxic Crusaders (Los Vengadores Tóxicos)

Esta serie, que también rezumaba cuestiones extrañas y de mutantes, fue parte de una serie de series (valga la redundancia) que, en los noventa, además de caricaturizar la mutación, revelaba la mierda y denunciaba la polución; series que dejaban a sus protagonistas en circunstancias ásperas debido a la severa contaminación que siempre los “hombres malos” hacían que el planeta sufriera. Parte de estas series eran el Capitán Planeta y las Tortugas Ninja, entre otros. Pero bue.

Básicamente y haciéndola corta, los Vengadores Tóxicos está basado en otra serie de producciones, que fueron más que nada películas clase B que estaban apuntando, por lo que vengo leyendo, solamente al extremo de lo bizarro y lo barato; como mezclar adecuadamente un bajo presupuesto con películas que se vendan. La película original era El Vengador Tóxico, una película violenta donde el protagonista de la serie tenía la misma historia (en realidad, en la serie se respetó parte de la historia original); era un pobre conserje al que le rompían las bolas sus clientes en un local random, que termina cayendo sobre una pila de deshechos tóxicos y transformándose en una cosa horrible, gigante y extremadamente fuerte. En la película, al revés de ser el malo (como en los monstruos de las producciones de los 50, en los que el monstruo siempre era el monstruo), se transforma en un condenado vengador que hace pagar a los narcotraficantes, mafiosos y demáses lacras de la humanidad con la misma moneda; la violencia, y es por esto reconocido por la sociedad.

La serie obviamente tenía que suavizar varios hechos, principalmente porque no podían poner el mismo contenido de violencia en una serie animada para niños (además, es de orígen yanqui, y ya saben lo estrictos que son estos pibes con la censura). La serie narra la historia del mismo pobre pibe que se termina mutando, pero crea a varios compañeros y varios villanos bizarros (que parecen salidos de pulps baratos de los 60) cuyo objetivo es siempre corromper (en el sentido original de la palabra) a la gente y los recursos del mundo.

Personalmente, recuerdo esta serie con cariño porque, además de ser un amante de todo lo que sea deforme y poco común, las historias de los orígenes de estos tipos eran bastante cómicas. Por mencionar un par:

  • NoZono: un piloto de pruebas que cae por el agujero de ozono y termina aterrizando en una pila de pimienta atómica (no pregunten), lo cual lo muta dándole el gigantesco tamaño a su nariz y su habilidad con los estornudos.
  • Junkyard: Un cuidador de una chatarrería que había adoptado a un perro sin saber que su patio de deshechos también tenía deshechos tóxicos. Un rayo los combinó juntos… y salió eso.
  • Headbanger: Una fusión bizarra entre un científico loco y un surfista que sin querer, provoca un accidente en el laboratorio del DOTOR para que ambos terminen combinándose juntos. En sí este personaje era malo, pero termina aliándose con los buenos gracias a que “las chicas prefieren a los buenos”. Tiene dos cabezas.
  • Mayor Desastre: un ex-milico con la habilidad de controlar plantas gracias a haber aterrizado en un pantano radioactivo.

Como venía diciendo antes, también podemos concluír con esto que:

-Parece que en los noventa había muchísima contaminación / deshechos… pero es irónico que esto se haya olvidado hoy día. O quizás los héroes triunfaron? O es que ya no vende? >_>

-Las mutaciones más copadas del mundo no solamente se dan por accidente, sino que siempre la gente ATERRIZA sobre algo que los cambia. Este es un punto constante.

-Las fuerzas del mal siempre intentan contaminar todo PORQUE SÍ. El punto flojo; faltaba denunciar un poquito más abiertamente el porqué se movían intereses así.

Pero bueno. Los dejo con la intro y pasemos a otra cosa.

Los Tomates Asesinos

Quizás a los que más cariño les tenga, los Tomates asesinos son, a mi parecer, el ejemplo por excelencia de lo que les venía diciendo: bizarrez, sinsentido y aventurillas.

Los Tomates Asesinos fue una serie que salio en base a una película, inspirada en otra película (por más bizarro que suene), así que vendrían a ser algo así como un nieto de una idea original.

La idea original la tuvo Hitchcock, con su película “Los Pájaros”, un film que, como gran parte de la filmografía de Hitchcock, lejos de ser solamente un clásico, es también una película de culto. El celuloide en sí narra la historia de una serie de eventos macabros y ataques contra humanos de parte de cualquier criatura alada. Esta película, fuera de sentar muchísimos precedentes para muchas cosas (el primer ejemplo de la naturaleza revelándose contra el hombre, sin ir más lejos), se transformó en fuente de inspiración para múltiples cabezas; obviamente, entre ellas estaban las de los creadores de los Tomates Asesinos.

Los Tomates Asesinos originalmente fue una película, de esas que narraba antes de bajo presupuesto e ingenio bizarro. Personalmente me gusta creer que llegó un punto en el que el cine padeció, agonizó y, finalmente, terminó pariendo cosas porque sí. Esa parte es en la que nació esta película. El refrán o slogan de la película rezaba algo como “Durante años fueron aplastados, hervidos, trozados… y ahora se están vengando!”. No hay mucho más que explicar que eso; simplemente son tomates que atacan a la gente con, obviamente, un científico loco de fondo y héroes que son víctimas antes que héroes.

La serie animada (que es lo que en realidad nos compete) narraba lo mismo; el loco Dr Gangrena inventaba la manera en como animar tomates que asesinaban humanos de puro gusto. Por accidente crea dos tomates buenos; un tomate peludo que no sirve para demasiadas cosas (ni para salsa) y un tomate que adopta forma humana, conciencia y buena voluntad. Este otro tomate (la chica de la serie) es la que sale a alertar a la humanidad que el Dr Gangrena y sus secuaces estaban planeando destrucción y conquista mundial. El resto es pura pelea… y con miles de tomates como extras, se imaginarán (o recordarán, como yo) la cantidad de kilombos que puede haber. Pamplona? Quizás.

Bueno muchachos, creo que fue suficiente de cosas bizarras por hoy… pero quien sabe? Dejé muchas cosas ahí afuera que todavía no se incluyeron, y este análisis fue muy vago. Probablemente nos leeremos el mes que viene con más cuestiones para comentar, más series rescatadas de la memoria colectiva y diferentes maneras de arruinar presupuestos y lugares. Abrazo y sean bienvenidos a una era de distorsión mental! Remember your roots!

Cataqclismo

1 comentario:

  1. tomates asesinos, había olvidado ese dibujito.
    Inmediatamente me trae a la cabeza otras maravillas como Cuentos de la cripta, La puerta del sotano y cuantas flasheadas mas.

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