lunes, 16 de noviembre de 2009

Dejá que Kitty se pudra, el tercer milenio es de Pucca!



Cuando me pidieron que escribiera una nota respecto de Pucca, me reí mucho. No solamente por la petición o por le hecho de que fuera justamente Pucca de lo que me pidieron que escriba, sino porque lo primero que se me cruzó por la cabeza fue “Es la expresión encarnada de lo que Frikilogía caza”. Me iba a negar, cuando otra parte mía (podría decirse que fueron el ángel y el diablo que todos tenemos en los hombros) me dijo “Dale, así no solo tenés chance de hacer una nota un toque diferente, además de que tenés verdaderas herramientas con las cuales criticar”.

Pasó el tiempo y las noches. La nota de Pucca era una nota pegada en la heladera de mi cabeza, por lo que veía el recordatorio muy pocas veces; plus, no tenía verdaderas motivaciones para hacerla. “Tengo que escribir de billeteras, mochilas de plástico y cortos en Jetix”, pensaba, y la seguía dejando. Si soy sincero, me tomó un poco por asalto el hecho de que esta nena de 11 años perteneciera a un mundo tan complejo (pero por desgracia, repetitivo) y vasto, tanto que la madrugada que comencé la investigación dije “bue, una horita de leer y a la cama”, y terminé consumiendo casi cuatro horas >.<

Pero bueno, basta de preámbulos y vamos a analizar un toquecito a esta muchachita.


Origen / Génesis en Flash


En el principio, solo había oscuridad, y el espíritu de Kitty se paseaba por los mercados, rodeándolo todo de cualquier merchandising que pudiera. Kitty era buena, y nosotros eramos buenos con Kitty, pues ella nos había traído años de felicidad (no solo a nosotros, sino también a hermanos, primos, tíos, conocidos… en fin! Si hacía felices a tantas personas tenía que ser buena, no?). Podíamos conseguir carteras, broches de pelo, palitos de arroz, platos, bombachas, pasteles… cualquier cosa!

Y la abundancia de Kitty era buena, y el plástico inmortal (que se degradaría en diez mil años) era bueno, y el trabajo era para todos por igual y el dinero también, pero solo para que volviera a la fuente, es decir, a la bondad de Kitty y su eterna fuente de ideas inacabables.

Pero llegó el punto en que Kitty logró estancarse, y cansada, en el decimosexto año, durmió en los laureles.

Los tiempos habían cambiado desde que la cara de onigiri de Kitty emergiera desde las tinieblas para rellenarnos de productos, historias y mucha, muchísima azúcar, y nos mantuviera totalmente anestesiados y felices con su magia blanca de franquicia. Internet estaba haciendo su orgía en su propio campo, Gokú había muerto y la pared cascoteada de Berlín había caído.

Necesitábamos algo más que un mismo viejo rostro que veníamos consumiendo desde hacía demasiado tiempo. Necesitábamos algo más moderno, más tangible, más nuevo. Pero entre los semidioses que había dejado la todopoderosa Kitty detrás no había ninguno preparado para sucederle en el trono.

Sin embargo sucedió lo inesperado, y una de esas pequeñas hijas de Kitty, que tenían su hogar en corea del sur, consideraron que ya era hora de sacar otra franquicia lo suficientemente copada como para, al menos, distraerse en el camino.


Así fue como rescataron de los barrios bajos a una serie de amigos que existían desde hacía un buen tiempo secundaban a menores figuras. Los ejecutivos de Vooz Character System les ofrecieron a estos niños un trato similar al que Gendy Tartakovsky le había dado a las chicas Superpoderosas un tiempito atrás (es más, Gendy los demandó luego por copy-pastear el contrato); los sacaría de la miseria y el desconocimiento y publicaría su cara en todo el mundo (además de fundir cantidades industriales de plástico y kilobytes), si ellos accedían a decir un par de líneas y a comportarse de tal manera delante de las cámaras.

Los niños obviamente que aceptaron (lo último que habían comido era una vieja cubierta de Jeep), y poco a poco, fueron levantando ánimos. Se filtraron, primeramente, en cortos hechos en flash en los que casi no hablaban, pero expresaban la dualidad, la semilla, el carozo y núcleo de lo que movería millones de dracmas a partir de entonces; el amor no correspondido. Además de darles ropa y pagarles cursos intensivos de artes marciales, los ejecutivos de Vooz decidieron que las niñas vendían más, y tomando parte del nombre de la niña más despierta de ese grupo de infantes (originalmente llamada Puccaracha), y llamaron a la franquicia Pucca!, un nombre que daría un poco que hablar, años después.



Cutting the bullshit



Sacando el relato fantástico, Pucca fue verdaderamente (y es) una franquicia por parte de Vooz Character System, y comenzó como cortos en flash, para luego expandirse a las formas que hoy conocemos de ella.

El quid de la cuestión de esta… serie? Y todo el torbellino de productos que manejan a su alrededor, se basa en un amor no correspondido entre Pucca, una niña de 10 años que vive con sus tres Guardianes (tres chefs, para los que trabaja de delivery-girl); y Garu, un chico de 12 años que practica Ninjutsu y que pocas veces se ve lo suficientemente desinhibido como para aceptar el amor de su contrapartida sin problemas.

Pucca es famosa en el mundo entera. Si bien en oriente tiene su propia compañía de difusión, en occidente (yankilandia, para hablar claros) compró los derechos nada menos que Disney (así fue como la serie se transmitió por Disney XD), además de Jetix (ex Fox kids).

La línea de productos de Pucca es directamente proporcional a la cantidad de otakus que se forman por año. Con esto no quiero decir que los Otakus sean adeptos a los juegos de esta nena, pero si que tenemos una tradición de consumismo bastante áspera ¬¬

Si bien comenzó con cortos flash no demasiados frondosos, con poquísimas líneas de diálogos, cortas apariciones y no demasiadas especificaciones ni personajes, Pucca supo venderse y sigue sabiendo hacerlo. Luego de la oleada de compras del DVD compilatorio de los cortos de Flash, los libros y otros productos propios del mercado, Pucca pudo ponerse a romper el chanchito como para fundarse una serie de TV propia. Y acá viene lo analizable: la complejidad y la taumaturgia propia de una serie como esta.



Cuando el chiste se repite


El problema con Pucca es uno solo: la repetición, y la reutilización de chistes demasiado simples. Ahora bien, esto es una espada de doble filo, como podemos ver:

-Pucca atenta a provocar en las personas sentimientos de dulzura y ternura (los personajes son niños, y todo no pasa de una gran broma, al final), sobre todo intenta que la gente (mas adolescentes-cuasi púberes-niños-adultos con alma de niño) se sienta caracterizado con los personajes, con algunos, y con la inocencia del amor de niño y de las edades que algunos dejamos atrás y que otros están viviendo (por ejemplo, siempre nos causa gracia recordar que antes no había algo que nos diera más asco que el beso de una chica, y ahora… bueno, ahora >_>)

No obstante, deja de lado un montonazo de factores que también podría usar (y muy bien) para generar una catarsis más copada, además de variar un poco más la trama y la metodología de trabajo en lo que a historia nos compete.

-Sin embargo, es en esta misma simpleza y en la carencia de complejidad donde radica su mayor debilidad y su mayor fortaleza. Pucca es demasiado repetitivo y denso en toda su extensión (si bien no vi los 106 capítulos de la serie, leí reseña de la mitad de ellos y no varía demasiado), puesto que repite siempre el mismo mensaje. Pero tenemos que considerar que esta clase de expresión artística (si se la puede considerar) apunta a vender, y apunta a un mercado mundial al cual solo le gustan las papas fritas, las películas de Adam Sandler y los juegos de los S.A. Spurs. Entonces, si lo único que se busca es entretener a un público poco exigente, no tenemos que tener complejidad, más si un jingle o un cliché, que funcione y no se gaste tan rápidamente. Así nace el complejo del amor no correspondido, las artes marciales (que nunca dejan de estar en boga) y la risa múltiple por situaciones de niños (y no tanto).

Ergo, Pucca está justificada en su manera de ser, mas no deja de ser un placebo o chupete mental/espiritual de quien quiere habitar este mundo de rapidez y consumismo, una aspirina para el hombre/mujer común que necesita saber que todavía hay risas, absurdos y felicidad dando vueltas.

O, simplemente, para sacarle una sonrisa a alguien porque si. O evocar ternura simplemente porque si. Y, por si no se dieron cuenta, hay una semilla gemela en el centro de este lugar: la simplicidad. Y es el latiguillo de azote con el que Pucca nos pega a todos.


Los Personajes




Me sucedió una cosa curiosa, cosa que no quiero evocar enojos sobre mi persona al hacer esta declaración, pero cuando leía las reseñas de los capítulos de la serie televisiva no pude evitar pensar en Billy y Mandy >_> Tienen una mecánica de capítulos relativamente similar, por mas mersa que sean los dibujos.


Aclaro que los personajes a los que hago referencia son los de la serie televisiva, puesto que los cortos de flash no eran tan complejos ni tenían tanto diálogo.



Pucca: Una nena de diez años que está perdidamente enamorada de Garu. Trabaja en el restaurant de sus Tíos (los tres Chefs) como delivery-girl. Pucca siempre intenta besar a Garu, y siempre lo persigue y también le salva las papas: están involucrados en una serie de aventuras que implican las artes marciales, las poteadas sentimentales (léase por poteada: resbalones, caídas, tropiezos), y la comida del restaurant. A pesar de que Pucca no posee habilidades en artes marciales, si se la ve tener ciertas otras habilidades que no serían normales en ella; como ser la velocidad a la que corre o la fuerza que tiene. A pesar de que Garu es un ninja bastante polenta, más de una vez se demostró que Pucca puede vencerlo fácilmente.


Garu: un nene-ninja de 12 años. Si bien tiene sentimientos hacia Pucca (realmente estoy escribiendo esto?), es quien se hace el duro, el macho, el honorable. Practica Ninjutsu con otra sarta de personajes que circundan la vida de los dos. Garu es casi siempre salvado por Pucca, pero bien la ha salvado en otras ocasiones. Termina dominado por Pucca y su sencillez, casi siempre.


Tobe: un ninja de 15 años que usualmente está enmascarado; si bien es un amigo-adversario de Garu, también se los ve como amigos verdaderos en ciertas ocasiones. Tiene una cicatriz entre los ojos en forma de equis, y tiene a su disposición una legión de ninjas que siempre se matan solos, por malinterpretar sus órdenes.

Los Tíos: Dumpling, Ho and Linguini: los tres chefs que manejan el restaurant y hacen la mejor sopa de toda la ciudad (y probablemente del mundo). Suelen tener la palabra al final del capítulo y ser, como dirían los yanquis, un “comic relief” (o sea, los payasos de turno).

Abyo: Un personaje hecho en honor al incuestionable Bruce Lee, Abyo practica artes marciales con el resto de los chicos, con la salvedad de que es el único que hace Kung-Fu en vez de Ninjutsu. Sin embargo, Abyo quiere masterizarse en Ninjutsu para derrotar, en una pelea justa, a Garu (que siempre lo caga a trompadas). Su movimiento clásico es saltar, emitir un grito y arrancarse la remera (o lo que tenga puesto).

Ching: La hija del sensei de los chicos y una Ninja ella misma, una chica que es descripta como un sol en varios foros (realmente estoy escribiendo esto? >.<). Está perdidamente enamorada de Abyo, pero éste la ignora y usualmente le da mas bola a otras chicas o a las artes marciales. Amiga inseparable de Pucca, en varios capítulos logró conseguir algo de Abyo (y no la indiferencia de siempre).

Existen más personajes, pero son demasiados como para describirlos a todos. Así que los dejo con los personajes principales =P


Hacia el final de la nota

La verdad, intento dilucidar qué saqué de esta nota, y encuentro solo fragmentos sueltos de una reseña medio chota, hecha para poder salir a fumar un pucho a los apurones, el día antes de la publicación (como siempre). Creo que con este análisis lo que nos queda (o creo que queda) en claro, es que precisamente el consumismo puede hacer muchísimo con las masas. Y quizás me siento en el papel del ogro diciendo que Pucca carece de muchas cosas trascendentes, que creo que es lo que tiene que tener toda expresión artística, pero también me hace tildar una campanilla interior. Porque si bien, como dije antes, es el cuerpo encarnado de todo lo que criticamos, no por eso deja de serme simpática. Y es bueno que existan esta clase de cosas ahí afuera, para preservar la pureza de la sencillez como bastión último de las expresiones mediáticas.

Por último, habrá que hacer como aquella propaganda, que decía “¿Necesitamos menos críticos?”

Los dejo con esa pregunta. Un abrazo, y hasta la próxima nota

Cataqclismo

4 comentarios:

  1. a mi personalmente lo que me gusto son los cortitos en flash, me cague mucho de la risa con los cortos, luego vi lo que pasaban en jettix y me dejo bastante desilucionado, los mejores personajes siempre fueron los mudos, como Tom y Jerry.
    Una lastima que por el exito comercial se deviniese en una serie hablada

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  2. Definitivamente de acuerdo... Cuando comenzaron a hacer hablar a personajes externos e inventados por Disney, la cagaron.

    Los cortos eran geniales en su ternura, simpleza y los golpes que Pucca le prodigara a Garu en cada uno de ellos...

    ¡Por favor! Toda chica tiene ese deseo de ser tiernamente bestia con su chico y poder darle unos "tiernos" moquetazos de vez en cuando!!! (dicho por el grupo de Pucca's Defensoras creado luego de leer esta nota...)

    Es la representante de un dulce cabezazo que la chica le paga en la nariz al chico de sus sueños... (o sea, de toda mina torpe)

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  3. Saludos de los Trolls y los Whos por aqui...
    http://www.youtube.com/watch?v=Nb3XP32IWFk&feature=related
    También se suman al linchamiento del escritor de la nota "Movimiento por la Producción de la Barbie Camionero", el "Movimiento Hagamos del 9 de Noviembre el día Internacional de la Suricata", "Puccas Fanáticas", "Salvemos al Rino Rosado" y... otro montón más que me dejan a mi de vocera... -.-'

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  4. bueno a mi me gusta mucho pucca y me gusta su carita

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