domingo, 16 de mayo de 2010

The Revenge of The Invaders; Hikikomoris



A veces nos preguntamos que es lo que puede haber de malo en nuestro estilo de vida. Otras veces vemos un poco de televisión, admiramos el hecho de que existan las denominadas tribus urbanas, y nos vemos encerrados en la dicotomía de sabernos o bien parte de ellas, o bien fuera de ellas. Y en estas épocas en que cada estrato social “debe” ser etiquetado y catalogado, no hay estrato que se escape a la clasificación, tanto de la opinión pública como de las propias logias.


Y he aquí donde el vértice de esa clase de acontecimientos raya con nuestra temática, pues si bien no tenemos un público generalizado ni tampoco especializado (y nos dirigimos a cualquier persona que pueda querer leernos), inevitablemente hay maneras en que nuestros lectores arriban a nuestro puerto, y es saliendo desde el vamos de nuestra propuesta.


Que quiero decir? Que si bien Frikilogía abre sus puertas a quien quiera leernos, también hay otra parte, que es el acto del lector mismo, que no cae en nuestra responsabilidad; ustedes mismos se definen, y al definirse generan un estrato delimitado.


Pero basta de introducciones largas y cansadoras. Como un día hablé del fenómeno de las Gothic Lolitas, hoy voy a hablar de otro, generado en los últimos años gracias al gran desarrollo de las TICs y el resto de los pendorchos virtuales.



Aquí me pongo a Cantar



Para quienes nunca escucharon el término, Hikikomori (literalmente, aislamiento) se refiere a las personas que han terminado la secundaria y están en edad de trabajar, pero ni estudian ni trabajan (nota; en Gran Bretaña el fenómeno es llamado NEET). Si lo leemos así es un término bastante despectivo, porque se aprecia solamente la utilidad de una persona, más que por sobre su calidad o sus funciones específicas, esto es, por lo que una persona hace, al márgen de un rango utilitario.


No obstante, y aunque nos apegásemos al literalismo del término, no siempre las cosas son color de rosa. Existen varios casos de Hikikomoris que solamente circundan su casa, su habitación o ámbitos aún más restringidos, como ser solamente su computadora. Esto es fomentado, obviamente, gracias a la conectividad que las personas tienen hoy en día gracias a dispositivos electrónicos (en cristiano; computadoras, internet, telefonía celular, dienteazul y todas esas cosas de hoy); el contacto social se transforma, entonces, en una experiencia en la que el contacto físico pasa a un segundo o tercer plano.


Sacando partes de lado, y sacando especificaciones, a grandes rasgos un Hikikomori es, en síntesis, una persona aislada de la sociedad, ya sea porque la sociedad misma lo aísla (dándole la clasificación de un “bueno para nada”), o porque él decide hacer de su espacio un área más que restringida.

Pero, es tan sencilla esta temática? Analicémosla un poco más



Pendejo del Sol Naciente


Obviamente, y como no podía ser de otra manera, el síndrome arranca ese país que tanto nos maravilla a algunos; Japón. Sarcasmos aparte, hay un par de cosas que no se pueden o no se quieren hacer para que estos fenómenos (si se los puede llamar así) se den. Pero, aunque sea en japón donde el fenómeno nace (radicalizando la situacion global), es a lo largo del planeta donde se plantan semillas para este tipo de cosas. Pero no nos adelantemos;

Literalmente copiado de Wikipedia, mientras que algunas personas sienten presión por parte del mundo exterior, y padecen agorafobia, un hikikomori reacciona con un completo aislamiento social para evitar toda la presión exterior. Pueden encerrarse en sus dormitorios o alguna otra habitación de la casa de sus padres durante periodos de tiempo prolongados, a menudo años. Normalmente no tienen ningún amigo, y en su mayoría duermen a lo largo del día, y ven la televisión o juegan al ordenador durante la noche. Todo esto hace de ellos un caso extremo de solteros parásitos (expresión japonesa para nombrar a aquellos que viven de las sopas instantáneas, viviendo en casa de sus padres para disfrutar de mayor comodidad).

El aislamiento de la sociedad normalmente comienza de forma gradual, antes de que el hikikomori cierre con llave la puerta de su habitación. A menudo se encuentran tristes, pierden sus amigos, se vuelven inseguros, tímidos y hablan menos. Frecuentemente son objeto de burla en el colegio, lo cual puede ser el detonante para su aislamiento.

La mayoría de los hikikomori mantienen contacto con el mundo exterior solamente por el ordenador, la televisión y los videojuegos en línea. Sin embargo, en casos extremos, el hikikomori puede cerrarse incluso a esto y permanecer horas y horas en la misma posición, con la vista en un punto fijo, viviendo de su imaginación.

El doctor japonés Tamaki Saito es precursor en los estudios de esta nueva enfermedad social.

Obviamente, y como es la sociedad nipona, tener un Hikikomori en la familia usualmente resulta vergonzoso, y nadie se inmiscuye en la temática por ser ésta de índole familiar (como lo ven ellos, es un problema de la familia y no del sujeto), por lo que no hay demasiado más que recavar respecto a este aspecto.

Ahora, efectos de estos pibes… suelen ser un poquito estrambóticos. Por poner ejemplos; En el año 2000, un hikikomori de 17 años secuestró un autobús y mató a un pasajero. Otro caso fue el de un hikikomori que secuestró a una chica joven y la tuvo en cautiverio durante nueve años. Otro mató a cuatro chicas para recrear escenas de un manga hentai guro (cómic pornográfico gore). Estos casos se generalizan haciendo pensar a la opinión pública que todos los hikikomori son así, o haciéndoles relacionar ciertas temáticas con los malos hábitos de estos jóvenes.

Pero bueno…



Pendejo del Sol Creciente


Como decíamos antes, este fenómeno (si se lo puede llamar así) no solo abarca Japón. Ahora hablamos de NEETs, o sea, Not in Employment, Education or Training (Ni trabaja, ni estudia ni hace prácticas), curso que va por el lado del Imperio Británico (God Save the Queen).

Copypasteando una vez más de Wikipedia, “En el Reino Unido, la clasificación abarca a personas de entre 16 y 18 años (a los 16 años algunos todavía están en la edad de educación obligatoria). En Japón, la clasificación abarca a las personas de entre 15 y 34 años que están desempleados, solteros, no alistados en la escuela o encargándose de tareas domésticas, y que no están buscando trabajo o recibiendo la formación necesaria para el mismo. El grupo de NEET no es un conjunto uniforme de individuos sino que está compuesto, por un lado, por personas que son consideradas NEET sólo durante un corto período mientras prueban diferentes opciones; y, por otro, por personas con graves y a veces múltiples trastornos mentales en riesgo de permanecer desocupados a largo plazo.

El concepto de NEET está definido por el DfES del gobierno central en el documento Transforming Youth Work, publicado en el año 2000. La definición está tratada expresamente en otros documentos del gobierno local, con expresiones como «respondents who were out of work or looking for a job, looking after children or family members, on unpaid holiday or traveling, sick or disabled, doing voluntary work or engaged in another unspecified activity".»

En 2007 un estudio afirmó que el 9,4% de los jóvenes de entre 16 y 18 años podían ser clasificados como NEET

El primer estudio a gran escala del fenómeno, titulado The Cost of Exclusion estimó que más de un millón de jóvenes hacen perder a la economía británica 3,65 billones de libras al año.”

En esta última frase, sobre todo, vemos otra faceta escalofriante que contribuye a la exclusión del sujeto en cuestión; si se considera dinero perdido el que se destina a ellos mismos, como carajo esperan que crezca algo de autoestima en estos pibes? Es como darle de comer a un perro al que le pegás cuando termina de comer. Totalmente ilógico y contraproducente.



La Extinción del Ring-Raje


Como decíamos antes, no solamente en nipónlandia se daban estas cosas, y los nodos de construcción de este nuevo comportamiento se plantaron a lo largo de todo el mundo. Hay una manera de verlo, una manera escalofriantemente tangible de darnos cuenta que inclusive a nosotros, viviendo en la otra punta del mundo y en una sociedad bastante diferente, hay cosas que se nos vinieron encima.


Estoy hablando de la era del cyber, estoy hablando de los FPS (First Person Shooter) y toneladas de diversión virtual, estoy hablando de reuniones de universidad por msn. Y aunque haya un par de grietas en el camino, el camino está.


Todo comenzó gracias al titánico y rápido desarrollo de las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación). No creo errar aproximando que, si miramos el desarrollo tecnológico de los últimos siglos, un gran impacto en este ámbito genera costumbres sociales nuevas. Por poner algunos ejemplos variados para que se comprenda lo que digo, la aparición de la Radio o la Televisión generaron la costumbre de sintonizar determinado contenido a determinada hora del día, por lo que se necesita de la presencia física de la persona frente al aparato. No dudo de que haya libros escritos respecto a esto, pero no me voy a poner a analizar todo ahora, porque los aburriría demasiado.


Éstos cambios, ligeros a veces y violentos otros, tienen por costumbre generar un poco de controversia. Porque? Porque al hombre le gusta la seguridad de la rutina, y ver que alguien modifica la suya para incorporar una nueva a veces suena perturbador (después de todo, nos están jodiendo la seguridad). Y por más novedoso, ventajoso o actual que sea el comportamiento, al hombre le cuesta incorporar los cambios.


Quien no se dio cuenta que las costumbres anteriores a la aparición del msn, como ser el ring-raje, la popa (o la mancha), el escondite (o la escondida) y toda clase de juegos para chicos se fueron apagando, y los pibes de hoy en día van y queman las horas en el cyber. Ojo, no hablo de un apagón de costumbres de golpe y porrazo; los cambios siempre llevan tiempo, y casi nunca son visibles... pero creo que todos notamos, por poner ejemplos, que chicos cada vez más jóvenes llevan celulares encima, que todo el mundo tiene un mail, que todas las personas tienen idea de cómo manejar un navegador de internet, cosa que antes no era tan común.


El último chiche de esta revolución tecnológica es, como ustede sya supondrán, el Caralibro (o Facebook para los sensibles), un dispositivo que nos permite sobrecargarnos de datos (generalmente inútiles) respecto a todos nuestros contactos, abalanzarnos a minijuegos totalmente adoctrinadores, y comunicarnos con gente que hace años no veíamos (lo que prueba que Julio César tenía razón; todos los caminos conducen a Roma). Además, esta paginita nos sugiere contactos, te empuja a hablarle a la gente que realmente no te importa y simula relaciones sociales de manera totalmente artificial, fomentando la hipocresía y el puterío. Un chiche bárbaro, la verdad.



Calabozos y Dragones vs The Matrix


Y aunque se crea que el fenómeno Hikikomori es solamente japonés, estadounidense o de cualquier otro estrato, hay ejemplos caminando entre nosotros. Mi propia generación, por ejemplo, tenía más idea de cómo pasar un mapa de Counter Strike o de cómo se escribía el jeroglífico mail de una amigovia, que qué quería estudiar o de qué quería laburar cuando saliera de la secundaria. Y ojo, no lo digo de resentido; yo mismo salí tanteando el terreno y yo mismo pasé por un frenzy de MMORPG (Massive Multiplayer Online Role Playing Game) que me dejaron experiencias muy copadas; es que me parece que la sociedad le está pifiando al preparar juegos tan masivos por medios tan colosales sin dimensionar la modificación vivencial en la población.



Y es bizarro pensar que esto es un proceso que, además de no detenerse y progresar a cada rato, es irreversible. No hay vuelta atrás porque, una vez que viste un tipo hablando desde una caja en la que obviamente no debe caber, nos quedamos tan maravillados que no podemos evitar volver a conectarnos. Tampoco digo que haya algo malo en esto, para nada, es la nueva manera de repararse y de vivir; es solo que estamos inmersos en un marco que no da cabida a la propia gente que engendra.


Anyways, es para pensar un poco. Hay verdaderamente cosas malas en jugar un juego determinadas veces por día? Es inexplicable vernos frente al espejo pensando en qué le vas a contestar por msn a un amigo? Es tan bizarro que la propia gente que te da un chupete con miel después te cague a trompadas porque te salieron caries? Y podría seguir, pero bueh...



Iceberg para el Final


No hay otra cosa que decir del fenómeno, porque si bien el aislamiento es una de las partes más gordas, no es la única. El comportamiento errático, las ausencias marcadas, los escapes mentales y físicos, el hecho de estar a solas consigo mismo… es solamente un fragmento de lo que vemos nosotros, desde afuera. Lo que se puede ver, oír, tocar y mesurar es solamente la punto del Iceberg de este comportamiento en su totalidad; el resto, la parte más grande y compleja, continúa siendo para todos (quizás incluso para ellos mismos) un misterio hasta hoy en día.

Un par de aclaraciones antes de terminar la nota. Quizás no podamos saber qué se esconde debajo del agua de quien se oculta en su propia habitación, pero si podemos afirmar esto; que cada experiencia de Hikikomori, NEET o como lo quieran llamar, es una experiencia única e irrepetible, como todo producto humano, por lo que probablemente podamos hacer una aproximación al fenómeno, pero no palmear el fenómeno en sí.


Y, una vez más, apelamos al hecho de considerar esto como una etapa más de los cambios sociales-culturales-globales que se vienen dando, y cómo el pasaje de la mente comunal que llamamos humanidad cuesta, crea desperfectos y pérdidas… o, si lo miramos desde el otro lado, nuevas maneras de encarar la realidad que les (nos) toca vivir.


Hasta la próxima!


PD: una pregunta… cuantos de ustedes, queridos lectores, encontraron aunque sea dos o tres aspectos de su vida diaria entre la multiplicidad de los que conforman a un Hikikomori? Yo, varios C_C


Cataqclismo


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